Impresiones del primer camino
No ha sido fácil, no. Pero nada que merezca la pena resulta sencillo. Nos lo habÃan dicho y casi no querÃamos creerlo, porque nadie pone oÃdos a quien anuncia la dificultad, porque la costumbre nos lleva a pensar que lo insólito es, además, sinónimo de lo imposible.
Cada sendero que dejamos de recorrer, cada surco que transformó el polvo en barro para grabar mejor nuestra huella, cada escalón que no subimos, cada bautizo de fe que el rÃo nos negó porque quiso llenar de Ti su caudal... Cada cosa que esperábamos y no llegó, destapaba, sin saberlo, el secreto de lo auténtico: que la ruta puede ser distinta si llega al mismo destino, y que, a veces, el camino que preferimos no es el que lleva al lugar adecuado.
Desde antes de partir, quise acercarme a Ti con una mirada pretendidamente nueva, como queriendo hacer mÃos tesoros que sólo se guardaban en recuerdos ajenos.
He visto al cielo jugar a favor, aunque creÃamos que lo hacÃa en contra cuando salpicaba el sendero de nuevas pruebas a superar, lo mismo bajo una lluvia de incomodidades que tostando nuestra debilidad bajo un sol de justicia.
He visto un pueblo rezando en la penumbra en medio de la nada, una sola voz de cuerpos apenas trazados por una luz lejana que no alcanzaba siquiera para ver sus lágrimas.
He visto Verdad, mucha Verdad, la de las cosas que se hacen por sà mismas, no para ser vistas. Y todo, mientras buscaba el Amor Invicto de la Virgen.
Con mi agradecimiento más especial al grupo 'Amigos y Rocieros'.