En recuerdo de estos hechos, que a buen
seguro debieron entenderse en el Gines de la época como un auténtico milagro, se
mandó hacer un azulejo que relatase aquella historia y se situó junto al pozo
donde ocurrió. Con toda probabilidad fue el propio Juan José del Castillo quien
ordenó su colocación, como devoto que era de la Santa y propietario de la
hacienda donde sucedió todo. Con ello, probablemente perseguía varios propósitos.
El primero, dar gracias a Santa Rosalía por su intercesión. El segundo,
perpetuar el recuerdo de aquel hecho que a buen seguro juzgaría como milagroso.
Y el tercero, pero no menos importante, contribuir a la difusión en Gines de la
devoción a la Santa de Palermo, que él mismo había traído a la localidad tras
su paso por Italia.
El conjunto de azulejos constaba de varias
piezas: la de mayor tamaño, situada en el
centro, relataba detalladamente los hechos del 'milagro'. A ambos lados
de este elemento central se situaban dos imágenes del escudo del propio Juan
José del Castillo. Coronando el grupo de azulejos había una pieza más con una
imagen de la Santa y la inscripción "Con
un Ave María se ganan 40 días de indulgencias".
La pieza principal decía literalmente así: "En 18 de octubre de 1718 a la vna del dia
caio en este poço Fernando Peres de Vargas criado de d.Jvo Jph del
Castillo, dveño de esta hacienda, i abiendo estado media ora sin verlo,
sacandolo, llegando cerca del borcal se le solto la soga a i bolbio a dar abajo
i abiendolo sacado se hallos(in) i a las mas lebe lecion i dij(o) qan(do) iba
caiendo se (e)ncomendo a ssta. Rosalía por cvia intersecion qdo tan libre como
si no vbiera caido".
Con el discurrir de los años, el azulejo,
situado originalmente en la hacienda de Santa Rosalía, donde ocurrieron los
hechos, fue trasladado a la cercana hacienda del Santo Ángel, donde estuvo
colocado en el patio más cercano al señorío hasta su lamentable desaparición
poco antes de la expropiación del edificio. Perdido el azulejo, nos queda la
fotografía que acompaña a este artículo, realizada en su día por Matías Payán
Melo, al que agradezco enormemente su amable cesión.
Este azulejo no era, sin embargo, el primer
gesto que Juan José del Castillo realizaba en Gines para dar a conocer a la
Santa entre las gentes del lugar. De hecho, había bautizado con su nombre la
hacienda de su propiedad, situada en pleno centro, y anteriormente a 1708 había
donado a la Parroquia un cuadro de Santa Rosalía, posiblemente la primera
representación en nuestro pueblo de la doncella palermitana. Del mismo modo,
había promovido también los primeros cultos realizados en Gines a la Santa,
allá por 1716.
A todo ello le seguiría el 'milagro del
pozo', en 1718, y el enorme colofón de la construcción de la ermita en honor a
Santa Rosalía, cuyas obras terminaron en el consabido y emblemático 1723. Con
todo ello se fraguaron los orígenes de su devoción en Gines, que tres siglos
después mantiene viva su fe en la Santa de Palermo.
Artículo publicado en el anuario de la Hermandad del Rosario y Santa Rosalía de Gines de septiembre de 2018
Artículo publicado en el anuario de la Hermandad del Rosario y Santa Rosalía de Gines de septiembre de 2018