300 años del 'milagro del pozo'


El 18 de octubre se cumplen 300 años de uno de los hechos que se sitúan en los mismos orígenes de la devoción a Santa Rosalía en Gines. Ese día, pero de 1718, a la una del día, Fernando Pérez de Vargas, criado de Juan José del Castillo, cayó por dos veces en un pozo de la hacienda de Santa Rosalía (hoy, El Tronío), resultando ileso por intercesión de la Santa (a la que se encomendó), según el relato que nos ha llegado hasta la actualidad.

En recuerdo de estos hechos, que a buen seguro debieron entenderse en el Gines de la época como un auténtico milagro, se mandó hacer un azulejo que relatase aquella historia y se situó junto al pozo donde ocurrió. Con toda probabilidad fue el propio Juan José del Castillo quien ordenó su colocación, como devoto que era de la Santa y propietario de la hacienda donde sucedió todo. Con ello, probablemente perseguía varios propósitos. El primero, dar gracias a Santa Rosalía por su intercesión. El segundo, perpetuar el recuerdo de aquel hecho que a buen seguro juzgaría como milagroso. Y el tercero, pero no menos importante, contribuir a la difusión en Gines de la devoción a la Santa de Palermo, que él mismo había traído a la localidad tras su paso por Italia.

El conjunto de azulejos constaba de varias piezas: la de mayor tamaño, situada en el  centro, relataba detalladamente los hechos del 'milagro'. A ambos lados de este elemento central se situaban dos imágenes del escudo del propio Juan José del Castillo. Coronando el grupo de azulejos había una pieza más con una imagen de la Santa y la inscripción "Con un Ave María se ganan 40 días de indulgencias".

La pieza principal decía literalmente así: "En 18 de octubre de 1718 a la vna del dia caio en este poço Fernando Peres de Vargas criado de d.Jvo Jph del Castillo, dveño de esta hacienda, i abiendo estado media ora sin verlo, sacandolo, llegando cerca del borcal se le solto la soga a i bolbio a dar abajo i abiendolo sacado se hallos(in) i a las mas lebe lecion i dij(o) qan(do) iba caiendo se (e)ncomendo a ssta. Rosalía por cvia intersecion qdo tan libre como si no vbiera caido".

Con el discurrir de los años, el azulejo, situado originalmente en la hacienda de Santa Rosalía, donde ocurrieron los hechos, fue trasladado a la cercana hacienda del Santo Ángel, donde estuvo colocado en el patio más cercano al señorío hasta su lamentable desaparición poco antes de la expropiación del edificio. Perdido el azulejo, nos queda la fotografía que acompaña a este artículo, realizada en su día por Matías Payán Melo, al que agradezco enormemente su amable cesión.

Este azulejo no era, sin embargo, el primer gesto que Juan José del Castillo realizaba en Gines para dar a conocer a la Santa entre las gentes del lugar. De hecho, había bautizado con su nombre la hacienda de su propiedad, situada en pleno centro, y anteriormente a 1708 había donado a la Parroquia un cuadro de Santa Rosalía, posiblemente la primera representación en nuestro pueblo de la doncella palermitana. Del mismo modo, había promovido también los primeros cultos realizados en Gines a la Santa, allá por 1716.

A todo ello le seguiría el 'milagro del pozo', en 1718, y el enorme colofón de la construcción de la ermita en honor a Santa Rosalía, cuyas obras terminaron en el consabido y emblemático 1723. Con todo ello se fraguaron los orígenes de su devoción en Gines, que tres siglos después mantiene viva su fe en la Santa de Palermo.

Artículo publicado en el anuario de la Hermandad del Rosario y Santa Rosalía de Gines de septiembre de 2018

JRP