Sin embargo, todavía dicho año nos depara una cuestión más de gran interés para la historia del coro, dejándonos testimonios de su relación con la devoción a la Virgen del Rocío.
Antes de adentrarnos en esta cuestión, debemos señalar que el Coro de Campanilleros de La Plaza venía contando, desde principios de los años 20 del siglo pasado, con una popularidad cada vez mayor en el mundo cofrade sevillano. Dicho creciente renombre se basaba, fundamentalmente, en las intervenciones del coro en los Rosarios de la Aurora de diferentes parroquias de la capital, como San Juan de la Palma o San Julián, donde está documentada su participación de manera repetida entre 1920 y 1925.
La explosión definitiva de esta fama, obviamente, llegó a raíz del estreno de la marcha 'Pasan los campanilleros' el 13 de abril de 1924 (Domingo de Ramos) tras el paso de la Virgen del Socorro, de la Hermandad del Amor. El maestro Farfán la había escrito a partir de «En la cima del monte Calvario», una de las coplas del repertorio del coro de La Plaza.
Más allá del propio coro de nuestra Hermandad, estos años suponen un gran crecimiento en el reconocimiento público de los coros de campanilleros, multiplicándose en pocos años su número.
La popularidad del fenómeno llegó hasta tal punto que el célebre cronista Don Cecilio de Triana publicó un artículo [1] en tono satírico titulado «¡Están de moda los campanilleros!» en el que se refería a la proliferación de este tipo de coros en aquella época, señalando que «a los tres meses ya había tres semejantes, con triángulos, guitarras y coplas sentimentales». Tan de moda estaba que en este año 1924 se celebra incluso un concurso de campanilleros [2] en el teatro Reina Victoria, del Prado de San Sebastián.
En este contexto, la Hermandad del Rocío de Triana quiso contar con el Coro de Campanilleros 'Nuestra Señora de la Soledad' para la función principal previa a la salida de las carretas hacia la aldea almonteña. En su crónica de la ceremonia religiosa, El Correo de Andalucía señalaba el 6 de junio de 1924 que «Los campanilleros de Castilleja cantaron sus típicas coplas durante la celebración de la misa», en la que estuvieron presentes la infanta doña Luisa y sus hijas doña Isabel Alfonsa, doña María de las Mercedes (abuela del rey Felipe VI) y doña Esperanza. Ofició la ceremonia José Sebastián y Barandán.
Dado el prestigio ya apuntado con el que contaba el Coro de La Plaza, su presencia en la función rociera fue, sin duda, una forma de realzar dicho culto ante la presencia de los representantes de la realeza citados, sin olvidar, por supuesto, los estrechos lazos que han existido siempre entre la Hermandad de Triana y el pueblo de Castilleja.
Justo de ese año 1924 nos ha llegado una fotografía publicada en la prensa de la época [3] y firmada por el célebre reportero gráfico Cecilio Sánchez del Pando. En ella puede verse el discurrir por Castilleja de la carreta del Simpecado de Triana, aunque el pie de foto no precisa el lugar exacto ni puede identificarse en la imagen, que reproducimos en este artículo.
Campanilleros con carreta propia
Ese año 1924, el Lunes de Pentecostés fue el 9 de junio. Al día siguiente, el periódico La Unión publicaba una extensa crónica en la que se detiene especialmente en la presentación de las hermandades ante la Matriz de Almonte. Al referirse a la hermandad de Triana, señala que una de las carretas que acompañan a la del Simpecado «la ocupan los campaniyeros [sic] de Castilleja. El público pide que canten y se hace el silencio. Suena la campanilla y la tonada pastoril», reproduciéndose a continuación la letra completa de la copla interpretada:
Madre mía,
Virgen del Rocío,
el día de tu Santo
vienen a saludar
hermandades de todos los pueblos,
Tú con alegría
las recibirás,
Viva del Rocío
la Blanca Paloma
Virgen celestial.
Este mismo momento del sábado de presentación lo recogió así el diario ABC [4]: «La carreta del Campanillero de Castilleja, que desfila con Triana, da frente a la ermita, y en la misma puerta se arrodillan los bueyes. Suena la música metálica de unas campanillas y unos hierros, y de la carreta sale un canto llano, pausado, muy sentido, que entra por los oídos y sale por los ojos. Es un canto de gran abolengo religioso, acaso dominicano, con quejas de martinete».
El 12 del mismo mes de junio, de nuevo el periódico La Unión se refería a una de las características reuniones que se producen en El Rocío durante la romería. Bajo la denominación «Los Seises», estaba integrada por un grupo de cofrades sevillanos y se situaba «a las afueras de la aldea almonteña», donde tenían «una hermosa casa de campaña».
La noche del domingo, apenas unas horas antes de la salida de la Virgen, los campanilleros de La Plaza visitaron la citada caseta junto a los de Tomares, ofreciendo «Dos horas de concierto muy agradables». De nuevo el redactor reproduce algunas de las coplas interpretadas. Son las siguientes:
Este año los campanilleros
venimos cantando para saludar,
a nuestra Madre Virgen del Rocío
que es la alegría de nuestra Hermandad.
Pues no hay que dudar
Nuestra Madre Virgen del Rocío,
es la más bonita que has visto y verás.
Ya traemos los campanilleros
la Blanca Paloma de nuestra Hermandad.
La acompañamos todos los hermanos
que el santo rosario vamos a cantar.
Pues no hay que dudar
Madre mía que eres la más bella
y la más divina que en el cielo está.
De los cielos bajó una Paloma
y en la marisma la vieron entrar
Nuestra Madre Virgen del Rocío
que bajo del palio trae la Hermandad.
Con todo ello, queda constancia de la poco conocida relación del Coro de Campanilleros de la Hermandad con la devoción a la Virgen del Rocío, de la que se cumplen al menos 100 años en 2024.
JOSÉ RODRÍGUEZ POLVILLO
Publicado en el Anuario de la
Hermandad de Santiago de Castilleja de la Cuesta 2024
Publicado en el Anuario de la
Hermandad de Santiago de Castilleja de la Cuesta 2024
[2] El Correo de Andalucía. 14 de junio de 1924.
[3] La Unión Ilustrada. 22 de junio de 1924.
[4] ABC de Sevilla. 13 de junio de 1924.