El relicario de Santa Rosalía en la Catedral de Sevilla


Si las devociones germinan es porque alguien, en algún momento de la historia, decide sembrar su propia fe en los corazones de sus semejantes. Valga el símil para hablar del origen en España de una devoción cuyo nombre, Rosalía, significa "llena de flores", para lo que nos acercaremos en las siguientes líneas a la que posiblemente sea la primera semilla de la devoción en nuestro país a la Santa de Palermo [1].

Como es bien sabido, fue el arzobispo Jaime de Palafox y Cardona quien, al ser designado para dirigir la Archidiócesis de Sevilla en noviembre de 1684, comienza a promover en la ciudad hispalense y su zona de influencia la devoción a la Santa, que había conocido durante su estancia en Palermo. Fue precisamente por influjo de Palafox como dicha devoción llega también a Gines en esta época a través de quien fuera su secretario, Juan José del Castillo, que ocuparía también por entonces el cargo de gobernador de la Villa.

Que Palafox fue el mejor 'jardinero' para Rosalía en España podemos constatarlo en las numerosas donaciones, fundaciones y difusiones de su culto que promovió desde su dignidad episcopal, aunque si tenemos que buscar la piedra fundacional de la devoción a la 'Santuzza' en nuestro país debemos mirar, sin duda, al que por entonces era el entorno más próximo al arzobispo, la propia Catedral de Sevilla.

Es allí donde encontramos la que muy probablemente sea la primera gran donación realizada por Palafox con vistas a implantar en Sevilla la devoción a la Santa: el busco relicario de Santa Rosalía realizado por Antonino Lorenzo Castro en 1687. Se trata de una imponente pieza elaborada en plata cincelada y repujada que fue donada al templo catedralicio al año siguiente, en 1688. Todo hace indicar que "la debió encargar el arzobispo, bien antes de su partida de Palermo, o una vez establecido en la ciudad hispalense" [2], en lo que iba a suponer el inicio de su empeño personal en implantar en Sevilla la devoción palermitana.


Un año más tarde, en 1689, por encargo del propio Palafox, fray Juan de San Bernardo elabora una biografía de Santa Rosalía en la que, además de destacar las virtudes de la Santa, se alude al relicario de esta manera: «A este fin, mandó la­brar una Imagen riquísima de plata, obra admirable, así por la grandeza, como por el arte y escultura: el pecho de la cual está adornado con una joya de oro, guarne­cida de diamantes, en que está la reliquia de la Santa: con que la que despreció las joyas, y adornos de la tierra, es aquí adorno, y joya celestial de sí misma. La Imagen y la reliquia es tal, que al juicio de todos, es digna dádiva de un tan gran Príncipe a una tan grande Iglesia". [3] Quizá como acto oficial de recepción de aquella magnífica pieza, el 7 de septiembre de 1689 [4] la Catedral acogía una misa y procesión de capas con el busto relicario de plata de la Santa bajo palio. Palafox estaba decidido a convertir a Sevilla en baluarte de la devoción a Rosalía.

Iconográficamente, podemos decir que la imagen de la Santa (de algo más de un metro de alto) luce una túnica y un manto con gran movimiento, recogiéndose en su brazo izquierdo, que sostiene sobre el pecho, donde originalmente sostenía un precioso medallón que albergaba la reliquia [5].

Con cierta aire berninesco, representa el momento del tránsito de la Santa al cielo, elevando la mirada mientras sostiene en su mano derecha una flor de tallo largo. Sobre su cabeza reposa su característica corona de rosas. El busto lleva una inscripción con la marca de la ciudad de Palermo: un águila de alas desplegadas bajo la cual aparecen las iniciales RUP, en alusión al lema 'Regia Urbs Panormitana' [6]. Completa el conjunto una bellísima peana que se levanta sobre cuatro grandes volutas y decorada con gran profusión de roleos vegetales, rematando la zona central una venera.


Por un lienzo de 1743 atribuido al gran pintor Domingo Martínez sabemos que el busto-relicario llegó a formar parte destacada del célebre Trono de Octavas (o Altar de Plata) de la Catedral de Sevilla [7], que se levantaba durante las solemnes celebraciones anuales de las Carnestolendas, el Corpus y la Inmaculada. Nuestra pieza ocupaba entonces uno de los lugares más preeminentes de dicho altar, en primer término y en la zona central, tal y como puede comprobarse en la obra de Martínez. Fue precisamente Palafox el gran promotor de la reforma del antiguo altar de octavas, impulsando presentaciones más monumentales en honor al Santísimo Sacramento. Esta magnífica pieza de orfebrería con la imagen de la santa palermitana incluso llegó a salir en la procesión del Corpus Christi de Sevilla, como se recoge en unos dibujos de Antonio María de la Vega de 1866 [8].

Actualmente, el busto-relicario puede verse en la Sacristía Mayor de la Catedral. Por hacernos una idea del privilegiado entorno en el que se encuentra, diremos únicamente que le acompañan dos 'murillos' (San Isidoro y San Leandro, ambos de 1655), y tres de las primorosas obras que podemos ver cada año en la procesión del Corpus: la Inmaculada de Alonso Martínez (c. 1650), el San Fernando de Pedro Roldán (1671) y la Custodia de asiento (1580-1587) de Juan de Arfe.


Publicado por José Rodríguez Polvillo en el
Anuario de la Hermandad del Rosario y Santa Rosalía de Gines 2020


[1] En puridad, en esta época Palermo y otros territorios de la península itálica pertenecían a España. A pesar de ello, en el artículo nos referimos únicamente al actual territorio español.

[2] ARENILLAS TORREJÓN, Juan Antonio: Busto relicario de Santa Rosalía, 1687.Incluido en 'La imagen reflejada. Andalucía, espejo de Europa'. 2007.

[3] SAN BERNARDO, Fray Juan de: Vida y milagros de Santa Rosalía Virgen. En Sevilla: por Tomás López de Haro, 1689.  

[4] Originalmente, la Iglesia celebraba la festividad de Santa Rosalía el 7 de septiembre, no el día 4 como se hace actualmente.

[5] CHILLÓN RAPOSO, David: La sensibilidad estética siciliana en la ciudad de Sevilla a finales del siglo XVII: el origen de la devoción a Santa Rosalía. Incluido en 'Espacio, tiempo y forma'. Número 5. 2007.

[6] SANZ SERRANO, María Jesús: Orfebrería italiana en Sevilla (I). Incluido en 'Laboratorio de Arte: Revista del Departamento de Historia del Arte', Nº. 7, 1994.

[7] SANTOS MÁRQUEZ, Antonio Joaquín: Exaltación de la doctrina eucarística y de otros dogmas católicos en el Trono de Octavas de la Catedral de Sevilla. Un estudio de su iconografía. Incluido en 'Ensayos. Historia y teoría del arte', Nº 22, 2012.

[8] SANZ, María Jesús: La procesión del Corpus en Sevilla. Influencias sociales y políticas en la evolución del cortejo. Incluido en 'Ars longa: cuadernos de arte', Nº. 16, 2007.

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