Juan de Dios Soto del Pozo y la Hermandad del Gran Poder

Juan de Dios Soto y del Pozo.
IMAGEN PROPIEDAD DE:
Hdad. del Gran Poder (Sevilla)
En 2021 se cumplen 80 aƱos del fallecimiento de una de las personalidades mĆ”s relevantes de las dĆ©cadas de 1920-30 en la Hermandad del Gran Poder, D. Juan de Dios Soto y del Pozo. Con motivo de este efemĆ©ride, profundizamos a continuaciĆ³n en algunos detalles de su vida y de su labor en la corporaciĆ³n de la MadrugĆ”.

HabĆ­a nacido el pequeƱo Juan de Dios a las cuatro de la tarde del 8 de octubre de 1860 en el domicilio familiar de la calle Daoiz nĆŗmero 4
en Sevilla, a la sombra de la cercana Parroquia de San AndrƩs, junto a la que acabarƭa viviendo toda su vida.

Sus padres, Federico Soto Velasco y CesĆ”rea del Pozo Camacho, le bautizaron con el nombre de Juan de Dios Luis Gonzaga JosĆ© Pedro de la Santa Trinidad, siendo el primogĆ©nito de la familia. DespuĆ©s nacerĆ­an sus hermanos JosĆ© Luis (1861), Ana (1863), Regla (1864) y Natividad (1868) 
[1].

El nombre debiĆ³ heredarlo Juan de Dios de su abuelo materno, natural de Arnedillo (La Rioja), quien se habĆ­a casado con MarĆ­a Josefa Camacho, de la localidad sevillana de Tocina. En cuanto a los abuelos paternos, tambiĆ©n encontramos orĆ­genes riojanos, ya que su abuela Manuela Velasco era originaria de Nieva de Cameros, contrayendo matrimonio con el comerciante sevillano Rafael Soto.

Como se ha apuntado mĆ”s arriba, nuestro protagonista llevaba en su nombre tambiĆ©n el recuerdo a San Luis Gonzaga, al igual que al menos dos de sus hermanos (JosĆ© Luis y Natividad), lo que sin duda podrĆ­a interpretarse como una devociĆ³n especialmente arraigada en la familia al santo italiano.

Federico Soto, padre de nuestro biografiado, se dedicaba al comercio, siendo socio activo del CĆ­rculo Mercantil, del que llegĆ³ a formar parte de su Junta Directiva. Sus actividades comerciales le llevaron incluso a ser premiado con un Diploma de MĆ©rito en la ExposiciĆ³n Universal de Viena de 1873. Hombre afamado y respetado en la ciudad, fue concejal del Ayuntamiento de Sevilla en al menos dos ocasiones.

La de Juan de Dios Soto era, queda claro, una familia de importantes recursos econĆ³micos y amplio prestigio, no sĆ³lo en su rama mĆ”s directa, sino tambiĆ©n en las adyacentes. Baste indicar, por ejemplo, que primo suyo fue Eduardo Fedriani del Pozo, catedrĆ”tico de CirugĆ­a y miembro de la Real Academia de Medicina de Sevilla, considerado pionero en la aplicaciĆ³n de la medicina antisĆ©ptica y asĆ©ptica y de las intervenciones quirĆŗrgicas con anestesia con cloroformo.

Al igual que su padre aƱos atrĆ”s, Juan de Dios Soto perteneciĆ³ en 1890 a la Junta Directiva del CĆ­rculo Mercantil (entonces llamado CĆ­rculo de la UniĆ³n), participando activamente ademĆ”s en diferentes obras de Caridad especialmente seƱaladas en la ciudad, como la Junta Central de Socorro de Sevilla, de la que el propio cardenal-arzobispo Marcelo SpĆ­nola le nombra integrante en 1905 para la recaudaciĆ³n y reparto de ayudas con motivo de la grave crisis agrĆ­cola que se estaba viviendo.
Le acompaƱaban otros prohombres de la ciudad, como el hermano mayor de la Santa Caridad, el conde de PeƱaflor o el hermano mayor de la Real Maestranza de CaballerĆ­a, entre otros. [2] Fue una empresa en la que SpĆ­nola puso especial empeƱo, llegando incluso a pedir limosna Ć©l mismo para destinarla a este fin.

Juan de Dios Soto habĆ­a entrado como hermano del Gran Poder en 1880. TenĆ­a, por lo tanto, 20 aƱos cuando ingresĆ³ en la corporaciĆ³n. Su primer cargo de oficial lo ocuparĆ­a en 1910 
[3], cuando fue elegido diputado de gobierno en una Junta que presidĆ­a Hilario del Camino MartĆ­nez. Aparece entonces entre el grupo de "diputados de gobierno modernos" (lĆ©ase  'reciĆ©n elegidos'), renovando el cargo en 1911, ahora con Antonio MejĆ­as y Asencio como hermano mayor.

Continuarƭa al aƱo siguiente (1912), pero ahora como "
segundo diputado clavero", siendo elegido en 1914 secretario primero. En dicho puesto se mantuvo con Hilario del Camino como hermano mayor hasta 1917, cuando pasĆ³ a ser mayordomo en la Junta que presidĆ­a ahora de nuevo Antonio MejĆ­as.

Seis aƱos ocupĆ³ la MayordomĆ­a de la Hermandad, ya que repetirĆ­a en el cargo en el Cabildo de Elecciones de 1920, aunque en esta segunda etapa bajo la direcciĆ³n como hermano mayor de otro de los hermanos Del Camino MartĆ­nez, Basilio, con cuya familia Juan de Dios Soto debiĆ³ mantener una importante afinidad, como veremos.

De este vƭnculo surgieron, por ejemplo, las obras de reforma realizadas en esta Ʃpoca en el camarƭn del SeƱor en San Lorenzo. EmpeƱo personal de Juan de Dios Soto fue, sin embargo, el amplio plan de mejora de insignias que "
se hallaban en un estado poco decoroso y otras no correspondĆ­an a la riqueza de la mayorĆ­a de ellas". Indica Soto que se estaba haciendo por parte de las Religiosas de Santa Isabel un nuevo estandarte y un Senatus "de terciopelo morado, bordados en sedas de colores y oro fino", y que tambiĆ©n se proyectaba que las citadas religiosas hicieran "un nuevo Simpecado pues el actual es no sĆ³lo pobre su dibujo sino que su estilo no guarda armonĆ­a con los demĆ”s".

DespuĆ©s de 13 aƱos ininterrumpidos en la Junta de Gobierno y 43 como hermano, Juan de Dios Soto resulta elegido como nuevo hermano mayor en el Cabildo General de Elecciones del 8 de abril de 1923, tomando posesiĆ³n del cargo al dĆ­a siguiente 
[4].

En octubre de ese mismo aƱo, Soto presentĆ³ una serie de adiciones a la ordenanza de nazarenos de la Hermandad, con el objetivo de lograr "
el mayor orden y compostura". En ellas las sandalias pasan a ser el Ćŗnico calzado autorizado en la cofradĆ­a, debiendo ser "de becerro negro e iguales al modelo que estĆ” en la SacristĆ­a".

Igualmente, se establece que "
para evitar los abusos que vienen cometiĆ©ndose por algunos nazarenos dentro de la Iglesia al regreso de la procesiĆ³n de abalanzarse a los pasos arrebatando bruscamente las flores que los adornan", los diputados de canastillas los rodearĆ”n para evitar que los cofrades se acerquen e impedir que se produzcan "desperfectos o roturas". Un servidor de la Hermandad recogerĆ” las flores y las depositarĆ” en bandejas "de donde pueden tomarlas los hermanos que lo deseen". La no obediencia a estas reglas podĆ­a hacer que la Hermandad "se vea obligada a recoger el escudo (...), quedando el nazareno inhabilitado para salir en la cofradĆ­a en lo sucesivo, o dejar de pertenecer a esta Hermandad, segĆŗn los casos".

En estos aƱos, la cofradĆ­a cuenta con unos 550 nazarenos con cirios y mĆ”s de 70 con insignias, bocinas y canastillas, a lo que se aƱaden unas 600 mujeres con velas tras el SeƱor 
[5]. La nĆ³mina de hermanos ascendĆ­a entonces a los 1.800 aproximadamente, de los que algo mĆ”s de 400 eran mujeres.

De esta Ć©poca es la donaciĆ³n, por parte del hermano Felipe de la Hera, de una "
rica tela de raso (...) para una tĆŗnica lisa que estĆ” haciĆ©ndose por las dichas religiosas trinitarias que estrenarĆ” esta Santa Cuaresma en el camarĆ­n Nuestro AmantĆ­simo Titular".

Siendo todavĆ­a mayordomo, Juan de Dios Soto habĆ­a emprendido una importante tarea de estudio y ordenaciĆ³n del archivo histĆ³rico de la Hermandad, una labor a la que dedicĆ³ tres aƱos y que vio concluida en 1924, ya como hermano mayor. Ese amplio conocimiento del pasado de la Hermandad le llevĆ³ a realizar tambiĆ©n un amplio resumen de siete capĆ­tulos con lo mĆ”s destacado de su historia, en lo que constituye probablemente el primer trabajo de este tipo realizado sobre la corporaciĆ³n.

Pero si por algo quedĆ³ marcado el paso de Juan de Dios Soto por la Hermandad es, sin duda, por la adquisiciĆ³n de la Casa de Hermandad de la calle HernĆ”n CortĆ©s nĆŗmero 6. En 1924, la corporaciĆ³n llevaba ya una dĆ©cada detrĆ”s de la posibilidad de adquirir dicha casa, situada a las espaldas de San Lorenzo. Sin embargo, el edificio no terminaba de ponerse en venta, lo que obligĆ³ a estudiar otras alternativas. AsĆ­, se propuso adquirir a la Comunidad de Religiosas de Santa MarĆ­a Real unos terrenos situados en la calle Pascual de Gayangos, disponiĆ©ndose incluso de planos y presupuesto para la realizaciĆ³n de la obra. Sin embargo, finalmente las religiosas decidieron no vender, una circunstancia que prĆ”cticamente coincidiĆ³ con la puesta a la venta de la casa de la calle HernĆ”n CortĆ©s, a la que Juan de Dios Soto se refiriĆ³ en Cabildo de Oficiales catalogĆ”ndola como "
local tan deseado por la Hermandad y del que hace diez aƱos venƭa ocupƔndose de su compra". Tras breves consultas con los consiliarios, el 29 de octubre de 1924 Soto formaliza con el propietario, Juan FernƔndez Garcƭa del Busto, la compraventa para la Hermandad. El precio fijado fue de 46.000 pesetas y la superficie unos 400 metros cuadrados, en los que se pretendƭa ubicar "almacenes, sala capitular y otras dependencias de gran necesidad".

Con la compra ya realizada, los trabajos de edificaciĆ³n del edificio deberĆ­an esperar, sin embargo, al desalojo de la casa. Una vez que salieron de ella todos los inquilinos, un aƱo mĆ”s tarde, las obras fueron adjudicadas en noviembre de 1925 al contratista Luis de Castro en 69.656,80 pesetas, nombrĆ”ndose al hermano Antonio GĆ³mez MillĆ”n, arquitecto, para la inspecciĆ³n de los trabajos, que se desarrollarĆ­an a lo largo de 1926.

Ya desde finales de 1925, Juan de Dios Soto comienza a ausentarse de los Cabildos de Oficiales debido a problemas de salud, recayendo la presidencia accidental durante estos meses en el consiliario primero, Hilario del Camino. En esas mismas circunstancias acabarĆ­a el mandato en abril 1926, cuando Basilio del Camino, hermano del anterior, tomarĆ­a el relevo al frente de la Hermandad en un nuevo mandato.

DespuƩs de tres aƱos alejado de responsabilidades oficiales en la Hermandad, en 1929 Juan de Dios Soto volverƭa a integrarse en una Junta de Gobierno, en este caso como primer censor, con Basilio del Camino como hermano mayor.

Con la proclamaciĆ³n de la II RepĆŗblica, la situaciĆ³n en torno a las hermandades sevillanas se enrareciĆ³ notablemente. En este contexto, en 1932 las hermandades decidieron, de manera casi unĆ”nime, no procesionar por las calles de la ciudad. AsĆ­ lo decidiĆ³ tambiĆ©n el Gran Poder, que acordĆ³ no salir ese aƱo por unanimidad de los 481 hermanos presentes en el Cabildo General Extraordinario de 14 de febrero, en el que nuestro biografiado estuvo presente.

Apenas unos dƭas despuƩs de aquel Viernes Santo sin el SeƱor en la calle, e
l 3 de abril de 1932 Juan de Dios Soto resultaba elegido para su segundo mandato al frente de la Hermandad. La inseguridad seguĆ­a muy presente, de manera que, llegada la Novena, la Junta de Gobierno decidiĆ³ que el SeƱor no se trasladase de su capilla, una decisiĆ³n que el propio cardenal Ilundain considerĆ³ "prudente e incluso conveniente" en atenciĆ³n "a los tiempos que atravesamos", indicando el prelado que "le gustarĆ­a que la Novena fuese como de rogativa, para obtener de Nuestro Padre JesĆŗs del Gran Poder el cese de la persecuciĆ³n de que era objeto la Iglesia CatĆ³lica". La Hermandad acordĆ³, ademĆ”s, establecer una guardia pagada dentro y fuera de la capilla mientras durasen las circunstancias.

En 1933, la cofradĆ­a no saliĆ³ "
por subsistir las circunstancias del aƱo anterior". Sƭ se celebraron, sin embargo, otros cultos. Asƭ, el Martes Santo tuvo lugar el Solemne Besamanos al SeƱor en su capilla, "cantƔndose a voces y orquesta Salmos del Miserere, calculƔndose de cinco a seis mil personas que besaron la mano del SeƱor".

El Jueves Santo se repartieron 750 kilos de pan entre los pobres 
[6], y a las diez de la noche tenĆ­a lugar un Solemne Ejercicio y SermĆ³n de PasiĆ³n, que predicĆ³ el padre franciscano Lizmendi, terminĆ”ndose con un solemne VĆ­a Crucis y cantos piadosos. La Hermandad acudiĆ³, igualmente, a la vela al SantĆ­simo en la Catedral, hasta donde acudieron 358 hermanos.

Apenas unos meses mĆ”s tarde, el 14 de noviembre de 1933, el Cabildo de Oficiales tomaba conocimiento de la dimisiĆ³n de Juan de Dios Soto por motivos de salud. Apenas habĆ­a completado un aƱo y medio de los tres establecidos para este segundo mandato.

Juan de Dios Soto fallecĆ­a el 4 de febrero de 1941, celebrĆ”ndose su funeral al dĆ­a siguiente 
[7] en la parroquia de San AndrĆ©s, junto a la que habĆ­a pasado toda su vida.

Sesenta y un aƱos en la Hermandad le llevaron a ostentar el nĆŗmero 13 por antigĆ¼edad en la nĆ³mina de hermanos del Gran Poder
[8]. De los muchos y muy relevantes cargos que ocupĆ³ a lo largo de su vida en la Hermandad, ninguno tan Ć­ntimo como ser, desde 1923, el primer hermano designado como Camarero Perpetuo del SeƱor.

JOSƉ RODRƍGUEZ POLVILLO
Publicado en el Anuario de la
Hermandad del Gran Poder de Sevilla 2021


[1] Archivo Municipal de Sevilla (A.M.S.). Registro Civil. Nacimientos de 1860; Censo de 1875 y PadrĆ³n de 1920.

[2] El Siglo Futuro. 22 de agosto de 1905.

[3] Archivo Hermandad del Gran Poder de Sevilla (A.H.G.P.). Libro 10.  Actas Capitulares.

[4] A.H.G.P. Libro 11. Actas Capitulares.

[5] Una de ellas era habitualmente la Infanta Luisa de Orleans y BorbĆ³n, hermana de la corporaciĆ³n y abuela materna de S.M. Juan Carlos I.

[6] En enero, ya se habĆ­an donado 100 papeletas de pan a la AsociaciĆ³n Sevillana de Caridad (El Noticiero Sevillano. 6 de enero de 1933).

[7] ABC de Sevilla. 6 de febrero de 1941.

[8] A.H.G.P. Libro 59. ƍndice de antigĆ¼edad de hermanos. 1937.

JRP