Incluso el propio Hernán Cortés, en su tercera 'Carta de Relación', dirigida a Carlos V en 1522, alude en varias ocasiones a cómo la devoción a Santiago estaba presente de manera continua entre los expedicionarios, que le invocaban asiduamente y se encomendaban al santo en los trances más difíciles. Sirvan como ejemplo las siguientes citas del texto escrito por el propio Cortés:
"... y que como los enemigos pasasen, pensando que todos íbamos juntos adelante, en oyéndome el apellido [6] del señor Santiago, saliesen y les diesen por las espaldas".
"Como esto vio el dicho alguacil mayor y los españoles, determinaron de morir o subirles Por fuerza a lo alto del pueblo, y con el apellido de señor Santiago, comenzaron a subir".
"Y como vimos pasar ya algunos, yo apellidé en nombre del apóstol Santiago, y dimos en ellos muy reciamente".
"... y con el apellido del Señor Santiago, damos de súbito sobre ellos, y vamos por la plaza adelante alanceando y derrocando y atajando muchos".
La devoción a Santiago de Hernán Cortés también quedaría patente en varias de sus fundaciones en América, a las que dio el nombre del apóstol. Así, el cronista novohispano Domingo Francisco Chimalpahin Quauhtlehuanitzin [7] cuenta que Cortés prometió dedicar una iglesia al Santo Patrón si el pueblo chalca no le hacía la guerra. Al no producirse dicho enfrentamiento, una vez terminada la conquista mandó levantar el templo. Así fue como se erigió la Catedral de Santiago Apóstol en Chalco, que se terminó de edificar años después de la muerte del propio Cortés.
No fue ésta la única fundación cortesiana en nombre del apóstol. Ahí está la Iglesia de Santiago en Tlatelolco, mandada a construir por Cortés tras la conquista de Tenochtitlan e inaugurada en 1527, quedando a cargo de los franciscanos [8]; o la actual Ermita del Rosario en La Antigua, considerado el primer templo católico de la América continental, fundado inicialmente (1523) con el nombre de Santiago Apóstol por mandato de Cortés.
En el Archivo Histórico Nacional [9] se conserva la documentación relativa a las pruebas para la concesión del Título de Caballero de la Orden de Santiago a Hernán Cortés, una dignidad que solicitó en 1525. El expediente, que firma Diego González de Carvajal (Caballero y administrador de la orden de santiaguista), se refiere a Cortés señalando "que su propósito e voluntad es ser en la dicha orden por devoción que tiene al bienaventurado apóstol Señor Santiago, suplicándome lo mandase admitir e darle el ábito e ynsinia de la dicha horden".Al inicio del expediente se lee claramente "Aprobadas", de donde deducimos que Cortés fue finalmente admitido en la orden, cumpliéndose así el compromiso del Emperador. En este sentido, el cronista Antonio de Herrera y Tordesillas [10] realiza algunos años más tarde un compendio en el que recoge informaciones de diferentes crónicas contemporáneas a Cortés ahora lamentablemente desaparecidas. En su escrito, Herrera indica que Carlos V "acatando sus servicios le hacía Adelantado de la Nueva-España, y le daba título de Don, y que así le escribiría luego en sus cartas, y por la devoción que tenía al bienaventurado apóstol Santiago le daría el hábito de su sagrada Orden".
Sea como fuere, lo que sí queda fuera de toda duda es su devoción al Santo Patrón, como refiere el propio capitán al solicitar su ingreso, que poco después, en 1529, pediría también para su hijo Martín.
Distinguido con el hábito de la Orden de Santiago como hemos visto, la fuerte vinculación cortesiana con la devoción santiaguista ha quedado reflejada ampliamente en la cultura popular, especialmente gracias a dos de sus retratos.
El primero de ellos es un óleo sobre tabla pintado por Joaquín Cortés en 1813 y que pertenece al Archivo de Indias. Enmarcado en un óvalo bajo el que puede leerse el nombre del conquistador, vemos la efigie de Cortés, sobre cuyo pecho izquierdo aparece la parte superior de la Cruz de Santiago.
El Ayuntamiento de Medellín (su lugar de nacimiento) conserva otro retrato del conquistador elaborado en 1957 por el pintor Juan Aparicio Quintana [11]. Todo hace indicar que siguió para ello una fotografía de un cuadro anterior que se encontraba en el mismo lugar y al que se le perdió la pista durante la Guerra Civil. Este lienzo original había sido fotografiado por J. Ramón Mélida Alinari hacia 1910, y en él vemos a Cortés luciendo "al pecho cruz de Santiago" [12].
Como es bien sabido, sus últimos días los pasó Cortés en la casa que su amigo el jurado Juan Rodríguez de Medina tenía en Castilleja de la Cuesta. En su testamento, había establecido su deseo de ser enterrado provisionalmente en la iglesia del lugar donde muriese hasta que sus restos fuesen llevados a México. En este sentido, su primera disposición testamentaria decía así: "mando, que si muriere en estos reinos de España, mi cuerpo sea puesto e depositado en la iglesia de la parroquia donde estuviere situada la casa donde yo falleciere, e que allí esté en depósito e hasta que sea tiempo e a mi sucesor le parezca de llevar mis huesos a la Nueva España, lo que le encargo e mando que ansí haga dentro de diez años e antes si fuese posible e que los lleven a la mi villa de Coyoacán" [13].
Sin embargo, el 2 de diciembre de 1547 otorgó un codicilo en el que revocaba lo dispuesto en torno a su enterramiento, diciendo que "en el dicho mi testamento yo hube mandado y mandé que mi cuerpo se deposite en la parroquia de la ciudad o villa o lugar a donde yo falleciese, revoco la dicha manda y cláusula, y mando que el dicho mi cuerpo sea depositado en la iglesia de la dicha ciudad de Sevilla o de otra parte donde los señores mis albaceas o cualquiera de ellos que se hallare presente, ordenaren" [14].
Fue esta postrera disposición la que impidió que su cuerpo reposase, aunque fuese de manera provisional, en el templo santiaguista de Castilleja de la Cuesta, lo que sin duda hubiera supuesto un magnífico colofón a su probada devoción al Apóstol Santiago.
Tras no pocas vicisitudes, en 1794 los restos de Cortés llegaban a la Iglesia de Jesús Nazareno en México, situada junto al hospital que él mismo había fundado hacia 1524. En su sepulcro, que más tarde sería de nuevo removido, se colocó una inscripción que recordaba su vínculo santiaguista: "Aquí yace el grande héroe Hernán Cortés, conquistador de este reino de Nueva España, gobernador y capitán general del mismo, caballero del orden de Santiago..." [15].Mientras tanto, en Medellín, su pueblo natal, una estatua recuerda al vencedor de los mexicas en la plaza que lleva su nombre. Muy cerca de allí la contempla el campanario de la antigua iglesia de Santiago de la localidad pacense. Con un patrón casi calcado, en Castilleja de la Cuesta, donde murió Cortés, apenas unos metros separan su busto (en el actual colegio de las RR.MM. Irlandesas) del templo parroquial de Santiago. Como fue durante toda su vida, el capitán y el apóstol siguen caminando juntos 500 años después.
[1] DÍAZ DEL CASTILLO, Bernal: 'Historia verdadera de la conquista de la Nueva España'. 1568.
[2] Se refiere al templo mayor de Tlatelolco.
[3] CERVANTES DE SALAZAR, Francisco: 'Crónica de la Nueva España. Volumen II'. 1575.
[4] SOLÍS Y RIVADENEIRA, Antonio de: 'Historia de la Conquista de México'. 1684.
[5] LÓPEZ DE GOMARA, Francisco: 'Historia de la conquista de México'. 1552.
[6] Se refiere aquí a la segunda acepción de 'apellidar' recogida en el DRAE: "Gritar convocando, excitando o proclamando".
[7] ZEA DOMÍNGUEZ, José Alberto: “1585 Fundación de la tercera iglesia más grande de la zona oriente, Santiago Apóstol de Chalco”, en
www.reporterosenmovimiento.com
[8] El templo contó después con un convento y un colegio que fue la primera institución de educación superior de toda América destinada a los indígenas.
[9] OM-CABALLEROS_SANTIAGO,Exp.2169.
[10] HERRERA Y TORDESILLAS, Antonio de: "Historia general de los hechos de los castellanos en las Islas y Tierra Firme del mar Océano que llaman Indias Occidentales" (1601). Década III. Libro VII. Capítulo 4.
[11] CURADO FUENTES, A. y CRUZ MERA, M. L.: 'Estudio del Retrato de Hernán Cortés, de Juan Aparicio Quintana, en Medellín'. 1997.
[12] MÉLIDA Y ALINARI, JR (1925): 'Catálogo Monumental de España. Provincia de Badajoz (1907-1910). Vol II'. 1925
[13] 'Testamento de Hernán Cortés, descubierto y anotado por el P. Mariano Cuevas, S.J.'.
[14] MIRA CABALLOS, Esteban: 'Noticias inéditas sobre los últimos años de vida de Hernán Cortés (1540-1547)'. Incluido en 'Ars et sapientia: Revista de la asociación de amigos de la Real Academia de Extremadura de las letras y las artes', Nº. 30, 2009.
[15] GONZÁLEZ OBREGÓN, Luis: 'Los restos de Hernán Cortés. Disertación histórica y documentada'. En Anales del Museo Nacional de México. Num. 10 Tomo III (1906) Segunda Época (1903-1908).